Obras por series
ENTRE COMEDORES DE HARIRA (2009) Y EPÍLOGO: INTROSPECCIONES (2010 - 2016)
Mirada hacia el interior emocional.
Toda la obra anterior a la series anteriores, Allá Lejos y Titelles, a partir de 1980, nacía de la experiencia del viaje: Marruecos, Argelia, Mauritania, Túnez, París, Londres, Turquía, Kurdistán, Albania, Macedonia (actual Macedonia del Norte), Kosovo, Siria y Jordania, reflejando en ella la figura y rostro de la mujer árabe y su vestimenta (series Fetitxes andalusís [1982], Deessa Màscara [1984] y Malhafa [1989]), la vida cotidiana de su población en su lugar de origen o destino como inmigrantes en París y Londres (series Espills d’un jardí [1991 - 1992] y Gouttes d’or dans la ville [1993] ), la dificultosa travesía del migrante y retazos de la vida que desarrolla en su lugar o distintos lugares de destino, como en la huerta de Valencia o Roquetas de Mar (serie Dormir al ras [1994 - 1996]), o el éxodo de los albaneses ante las dificultades de vida en su país tras su cambio de sistema político y la situación de guerra de su entorno, inmerso en las llamadas «guerras yugoslavas» (serie Apuntes Albaneses [1997]).
Tras las tres primeras de la década de los 80, a partir de la serie Espills d’un jardí se desarrolla en Enric Alfons una voluntad narrativa sobre las temáticas aludidas, fruto de un compromiso personal hacia las personas y colectivos que viven en esas zonas y circunstancias, y una necesidad de captar el instante, valiéndose para ello de las pequeñas tablillas de madera que transporta y pinta in situ.
La espontaneidad en la pincelada, las formas simplificadas, el dinámico vaivén entre primitivismo, expresionismo, abstracción y figuración son -junto con la incorporación de palabras, pictogramas y símbolos- elementos que derivan de esa imperiosa necesidad de contar lo que ve y cómo lo ve. La crítica de arte ha destacado la maestría y fluidez de Alfons en el uso del color, sea recurriendo a una paleta más o menos colorista, de tonos vivos y alegres, sea empleando tonalidades sombrías y apagadas, reforzando con ello poderosamente lo narrado y trasladando al espectador sus emociones ante el ambiente y experiencia vividos en cada caso.
A partir del año 2000, nacen las series Allá Lejos y Titelles, consecuencia de un nuevo momento vital tras su reciente paternidad: necesidad de replantear su obra desde cero a través de un proceso reflexivo, los viajes en el recuerdo, aunque manteniendo la idea de mestizaje.[1]
El proceso reflexivo al que se alude se construye sobre la base de una sólida formación académica y su gran bagaje viajero, complementados por numerosas referencias artísticas, literarias, filosóficas, poéticas, cinematográficas, musicales y de los hechos de actualidad que van sucediendo y que, de una u otra forma, le afectan, como recogíamos con más detalle en el texto relativo a la serie Titelles.
Las temáticas que se abordan en estas series entrelazan las referidas a su compromiso con el mundo norteafricano y oriental -especialmente con el migrante que huye de la pobreza y el conflicto- y las relativas a sus propias circunstancias y emociones personales.
En Allá Lejos la mujer -de nuevo- se convierte en el centro de la composición, se visualiza dotada de gran fuerza, en su papel de madre o en otros roles. En Titelles, por el contrario, las temáticas principales de sus cuadros son muy diversas: inmigrantes en el parque del Retiro de Madrid, niños, vendedores de flores ambulantes, flautistas, …
Manteniendo las claves de su lenguaje plástico, madurado entre la gestualidad, la riqueza cromática y la densidad de la pincelada[2], Alfons incorpora al lenguaje plástico diferentes estilos, desde el simbolismo, hasta el surrealismo y el expresionismo, y entran en juego formas, posturas o situaciones imaginarias; por ejemplo, los niños son representados como seres voladores, sus torsos, o los de algún inmigrante, se transforman en laberintos, o se nos muestran como títeres (titelles, en valenciano) o marionetas, mientras hacen la recolección.
En conclusión, lo novedoso de ambas en relación con las etapas anteriores, consecuencia del nuevo contexto en el que el artista vive, es la presencia de recursos que vienen a resaltar los aspectos psicológicos y emocionales experimentados por sus personajes y, como novedad añadida, por él mismo.
En las series siguientes, profundiza aún más en estos aspectos emocionales, especialmente aquellos relacionados con sus circunstancias personales. Por otra parte, desde 2006, había retomado la realización de los viajes vinculados a su quehacer artístico, sobre todo a Marruecos. En esta ocasión, su atención se dirige a los modestos establecimientos callejeros que hacen las veces de comedores y en donde se sirve la harira.
Nace así en 2009 la serie Entre comedores de harira. En ese escenario, entre sus mesas, con sus cuencos de sopa, panes y sardinas, se mueven diferentes personajes misteriosos, unos removiendo el contenido del cuenco o con el pan en sus manos, otros agazapados o encogidos sobre sí mismos -como protegiéndose de una amenaza externa- y, en ocasiones, en un primer plano, un niño partido por la mitad y con un vacío visceral o sentado a la mesa, atado en cruz a sus alas, que no vuelan. Unas escenas, en definitiva, desasosegantes, que pueden simbolizar sentimientos de pérdida y dolor emocional y una necesidad de protegerse frente a todo ello.
Continúa organizando el fondo en recuadros de diferentes colores para distinguir los diversos elementos de la narración. Los colores son notablemente más apagados en comparación con series anteriores: negros, grises, rojos oscuros -aunque en ocasiones puedan aparecer tonos más vivos en las escenas más amables dentro de la temática- o el blanco de las alargadas mesas de plástico, típicas de estos comedores.
La serie siguiente la hemos denominado, tras su fallecimiento y previo análisis, Epílogo: introspecciones. Utilizando en general un formato pequeño (que incluye tablillas), uno o unos pocos personajes, las piezas muestran esas actitudes tan atormentadas que hemos descrito, en un entorno más reducido, por lo que adquieren mucha más presencia y potencian el discurso. Este entorno puede incluir elementos de un comedor de harira -una esquina de una de sus mesas y sobre ella el cuenco de sopa-, una ventana abierta con vistas al mar o una playa, que aportan a la narración un contraste de luminosidad, esperanza y libertad en relación con él o con los personajes del primer plano; otras veces no hay entorno, únicamente el fondo de recuadros de colores, con el personaje representado en completa soledad …
Las exposiciones individuales principales de esta etapa son: Entre comedores de harira, en las galerías Rafael García, Madrid, marzo – mayo 2009, y Rosalía Sender, Valencia, marzo – abril 2010, y en el Café Malvarrosa, Espai Paral.lel, abril – mayo 2011.
[1] Artículos «Enric Alfons expone de nuevo en Valencia tras cinco años de silencio», de C. Aimeur, en Las Provincias, 7 de marzo de 2003 y «Enric Alfons: «“Trato de pintar partiendo de cero”», de R.V.M., en Levante, 8 de marzo de 2003.
[2] Artículo «Enric Alfons, serie “Allá Lejos”», en El Punto de las artes, 14 al 20 de marzo de 2003.
Toda la obra anterior a la series anteriores, Allá Lejos y Titelles, a partir de 1980, nacía de la experiencia del viaje: Marruecos, Argelia, Mauritania, Túnez, París, Londres, Turquía, Kurdistán, Albania, Macedonia (actual Macedonia del Norte), Kosovo, Siria y Jordania, reflejando en ella la figura y rostro de la mujer árabe y su vestimenta (series Fetitxes andalusís [1982], Deessa Màscara [1984] y Malhafa [1989]), la vida cotidiana de su población en su lugar de origen o destino como inmigrantes en París y Londres (series Espills d’un jardí [1991 - 1992] y Gouttes d’or dans la ville [1993] ), la dificultosa travesía del migrante y retazos de la vida que desarrolla en su lugar o distintos lugares de destino, como en la huerta de Valencia o Roquetas de Mar (serie Dormir al ras [1994 - 1996]), o el éxodo de los albaneses ante las dificultades de vida en su país tras su cambio de sistema político y la situación de guerra de su entorno, inmerso en las llamadas «guerras yugoslavas» (serie Apuntes Albaneses [1997]).
Tras las tres primeras de la década de los 80, a partir de la serie Espills d’un jardí se desarrolla en Enric Alfons una voluntad narrativa sobre las temáticas aludidas, fruto de un compromiso personal hacia las personas y colectivos que viven en esas zonas y circunstancias, y una necesidad de captar el instante, valiéndose para ello de las pequeñas tablillas de madera que transporta y pinta in situ.
La espontaneidad en la pincelada, las formas simplificadas, el dinámico vaivén entre primitivismo, expresionismo, abstracción y figuración son -junto con la incorporación de palabras, pictogramas y símbolos- elementos que derivan de esa imperiosa necesidad de contar lo que ve y cómo lo ve. La crítica de arte ha destacado la maestría y fluidez de Alfons en el uso del color, sea recurriendo a una paleta más o menos colorista, de tonos vivos y alegres, sea empleando tonalidades sombrías y apagadas, reforzando con ello poderosamente lo narrado y trasladando al espectador sus emociones ante el ambiente y experiencia vividos en cada caso.
A partir del año 2000, nacen las series Allá Lejos y Titelles, consecuencia de un nuevo momento vital tras su reciente paternidad: necesidad de replantear su obra desde cero a través de un proceso reflexivo, los viajes en el recuerdo, aunque manteniendo la idea de mestizaje.[1]
El proceso reflexivo al que se alude se construye sobre la base de una sólida formación académica y su gran bagaje viajero, complementados por numerosas referencias artísticas, literarias, filosóficas, poéticas, cinematográficas, musicales y de los hechos de actualidad que van sucediendo y que, de una u otra forma, le afectan, como recogíamos con más detalle en el texto relativo a la serie Titelles.
Las temáticas que se abordan en estas series entrelazan las referidas a su compromiso con el mundo norteafricano y oriental -especialmente con el migrante que huye de la pobreza y el conflicto- y las relativas a sus propias circunstancias y emociones personales.
En Allá Lejos la mujer -de nuevo- se convierte en el centro de la composición, se visualiza dotada de gran fuerza, en su papel de madre o en otros roles. En Titelles, por el contrario, las temáticas principales de sus cuadros son muy diversas: inmigrantes en el parque del Retiro de Madrid, niños, vendedores de flores ambulantes, flautistas, …
Manteniendo las claves de su lenguaje plástico, madurado entre la gestualidad, la riqueza cromática y la densidad de la pincelada[2], Alfons incorpora al lenguaje plástico diferentes estilos, desde el simbolismo, hasta el surrealismo y el expresionismo, y entran en juego formas, posturas o situaciones imaginarias; por ejemplo, los niños son representados como seres voladores, sus torsos, o los de algún inmigrante, se transforman en laberintos, o se nos muestran como títeres (titelles, en valenciano) o marionetas, mientras hacen la recolección.
En conclusión, lo novedoso de ambas en relación con las etapas anteriores, consecuencia del nuevo contexto en el que el artista vive, es la presencia de recursos que vienen a resaltar los aspectos psicológicos y emocionales experimentados por sus personajes y, como novedad añadida, por él mismo.
En las series siguientes, profundiza aún más en estos aspectos emocionales, especialmente aquellos relacionados con sus circunstancias personales. Por otra parte, desde 2006, había retomado la realización de los viajes vinculados a su quehacer artístico, sobre todo a Marruecos. En esta ocasión, su atención se dirige a los modestos establecimientos callejeros que hacen las veces de comedores y en donde se sirve la harira.
Nace así en 2009 la serie Entre comedores de harira. En ese escenario, entre sus mesas, con sus cuencos de sopa, panes y sardinas, se mueven diferentes personajes misteriosos, unos removiendo el contenido del cuenco o con el pan en sus manos, otros agazapados o encogidos sobre sí mismos -como protegiéndose de una amenaza externa- y, en ocasiones, en un primer plano, un niño partido por la mitad y con un vacío visceral o sentado a la mesa, atado en cruz a sus alas, que no vuelan. Unas escenas, en definitiva, desasosegantes, que pueden simbolizar sentimientos de pérdida y dolor emocional y una necesidad de protegerse frente a todo ello.
Continúa organizando el fondo en recuadros de diferentes colores para distinguir los diversos elementos de la narración. Los colores son notablemente más apagados en comparación con series anteriores: negros, grises, rojos oscuros -aunque en ocasiones puedan aparecer tonos más vivos en las escenas más amables dentro de la temática- o el blanco de las alargadas mesas de plástico, típicas de estos comedores.
La serie siguiente la hemos denominado, tras su fallecimiento y previo análisis, Epílogo: introspecciones. Utilizando en general un formato pequeño (que incluye tablillas), uno o unos pocos personajes, las piezas muestran esas actitudes tan atormentadas que hemos descrito, en un entorno más reducido, por lo que adquieren mucha más presencia y potencian el discurso. Este entorno puede incluir elementos de un comedor de harira -una esquina de una de sus mesas y sobre ella el cuenco de sopa-, una ventana abierta con vistas al mar o una playa, que aportan a la narración un contraste de luminosidad, esperanza y libertad en relación con él o con los personajes del primer plano; otras veces no hay entorno, únicamente el fondo de recuadros de colores, con el personaje representado en completa soledad …
Las exposiciones individuales principales de esta etapa son: Entre comedores de harira, en las galerías Rafael García, Madrid, marzo – mayo 2009, y Rosalía Sender, Valencia, marzo – abril 2010, y en el Café Malvarrosa, Espai Paral.lel, abril – mayo 2011.
[1] Artículos «Enric Alfons expone de nuevo en Valencia tras cinco años de silencio», de C. Aimeur, en Las Provincias, 7 de marzo de 2003 y «Enric Alfons: «“Trato de pintar partiendo de cero”», de R.V.M., en Levante, 8 de marzo de 2003.
[2] Artículo «Enric Alfons, serie “Allá Lejos”», en El Punto de las artes, 14 al 20 de marzo de 2003.

Entre comedores de harira , 2009
Oleo/tela, 97 x 130 cm

Entre comedores de harira, 2009
Óleo/tela, 97 x 130 cm

S/T (Souk Sebt Ouled Nemma, Marruecos), 2009
Óleo/tabla, 20 x 30 cm

S/T (Souk Sebt Ouled Nemma, Marruecos), 2009
Óleo/tabla, 20 x 30 cm

S/T (Beni Mellal, Marruecos), 2009
Óleo/tabla , 20 x 30 cm

S/T (Beni Mellal-Valencia), 2009
Técnica mixta/tabla, 18,5 x 30 cm

S/T (Beni Mellal, Marruecos), 2009
Técnica mixta/tabla, 20 x 30 cm

Sin título, c.2009-2010
Óleo/tabla, 26 x 38 cm

S/T (Oualidia, Marruecos), 2010
Óleo/tabla , 18,5 x 30 cm

S/T (Oualidia, Marruecos), 2010
Óleo/ tabla , 18,5 x 30 cm

S/T (Oualidia, Marruecos), 2010
Óleo/tabla, 18,5 x 30 cm

S/T (Oualidia, Marruecos), 2010
Óleo/tabla, 18,5 x 30 cm

S/T (Ouarzazate, Marruecos), 2011
Óleo/tabla , 18,5 x 30 cm

Sin título, 2011
Óleo/tela, 33 x 41 cm

Poema Bukowski, 2012
Óleo/tabla, 30 x 30 cm

Sin título, c.2012
Óleo/tela, 116 x 81 cm

Sin título, s. f.
Óleo/tela, 92 x 60 cm

Sin título, c.2014
Óleo/tabla, 26 x 38 cm

Sin título, 2014
Óleo/tabla, 32 x 52 cm

Sin título, 2014
Óleo/tabla, 52 x 32 cm

Sin título, 2015
Óleo/tela, 130 x 110 cm